Odres nuevos
Ni se echa vino nuevo en odres viejos, pues los odres reventarían, el vino se derramaría y los odres se echarían a perder. El vino nuevo se echa en odres nuevos y los dos se conservan. (Mt 9,17)
Javier Trapero @trapiscolaviski
Correo electrónico: comunicacion@misacores.org.
‘Año nuevo, vida nueva’. ‘Renovarse o morir’. ‘Cada día es una nueva oportunidad’… Como estas, hay infinidad de expresiones que animan a un cambio. Expresiones que, muchas veces, suenan a cierta ‘psicología barata’. A cambiar sin fundamento. Sin un plan. Sin un propósito. Generalmente, huyendo de algo que no gusta, de algo que hace sentir cierta incomodidad. En ocasiones, una huida hacia adelante, como la estampida de la manada en plena sabana, sin saber muy bien por qué. Ya sabes que a mí me gusta más buscar las respuestas o, al menos, los consejos en el Evangelio, en las cartas de los apóstoles, en la Biblia… Me fío más de quien (de quienes) me han demostrado tener un propósito, de quienes tienen un propósito para mí, me aconsejan y acompañan.
Cuando escucho a Jesús, veo que siempre empieza diciendo: «Oísteis que se dijo… pero yo os digo…». Su propuesta es de cambio, siempre con la intención de producir una mejora. Curiosamente, el contenido de su mensaje, de sus consejos, de sus parábolas… que las dijo para producir un cambio en las personas de su tiempo, han perdurado por siglos y siguen siendo válidas más de 2.000 años después. Lo que ha cambiado son las formas. La manera de poner en práctica sus enseñanzas, pero el mensaje, lo que Él quiso que aprendiésemos, sigue igual.
Te habrás dado cuenta, espero que sí, de que el diseño de la revista Madre y Maestra ha cambiado. No es por poner en práctica lo que en estas fechas se escucha tanto: ‘Año nuevo, vida nueva’. Si no porque: «No se echa vino nuevo en odres viejos». Empezamos una nueva etapa en la Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Llevamos haciendo algunos cambios desde hace un tiempo y ya hemos conseguido darle cuerpo al ‘nuevo vino’. Definitivamente, Madre y Maestra se convierte en el canal de comunicación de la Hermandad Misionera. Además, vas a poder consultarla a través de internet, en la página web ‘www.hermandadmisionera.org’ y en las redes sociales, porque «el vino nuevo se echa en odres nuevos y los dos se conservan».
Madre y Maestra es ahora más que una revista de papel. Es la cabecera que puedes consultar en diferentes soportes, -en el ordenador, en tu móvil, en la tablet…-, con contenidos complementarios, pero con el mismo mensaje. Odres nuevos para una misión digital, para una evangelización que sigue difundiendo el amor a la Virgen, el amor a Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Para continuar con el mandato misionero que nos hizo el P. Julio Chevalier 170 años atrás, hacer que todos conozcan el amor que Dios nos tiene, en todas partes, también en el ‘continente digital’. Con un único mensaje: ‘Ella nos conduce al corazón de Jesús’.