Misión en el corazón del Pacífico (Islas del Pacífico)

Nos ha parecido interesante traer este reportaje extraído de la entrevista que el P. Daniel Auguié, msc, director de la revista Annales de Nuestra Señora en Francia, hizo al P. Vito Kelekele, msc, actual Superior Provincial de Islas del Pacífico. Interesante por los temas que trata y por hacer más cercana una de las misiones más alejadas de España.

Por: P. Daniel Auguié, msc

Descubrí mi vocación gracias a la inspiración de los MSC. Al reflexionar sobre mi vocación, también me di cuenta de que mis abuelos, que me criaron, ya eran misioneros laicos del Sagrado Corazón. Habían formado parte del grupo de laicos de los MSC durante muchos años, mucho antes de que yo me uniera a ellos. Me gustaría dar las gracias a todas las personas que me ayudaron a discernir mi vocación durante mis años de formación.

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

La nueva Provincia de Islas del Pacífico abarca varios países de la vasta región del Pacífico, desde el Norte, con las Islas Marshall, Kiribati y Nauru, hasta el Pacífico Central, con Fiyi, Wallis y Futuna, Samoa y Tonga. Además, algunos de nuestros colegas trabajan fuera de la provincia. El año que viene, dos de nuestros cohermanos fundarán una nueva comunidad MSC en Nueva Zelanda, en la archidiócesis de Wellington.

Inicios. Originalmente fueron los MSC de Francia-Suiza quienes fueron a Kiribati, lanzando su misión en 1888. Comenzaron su labor misionera en Nounouti y continuaron hasta la década de 1980, cuando se les unieron cohermanos australianos. Fue durante estos años cuando decidieron trasladarse a las islas Fiyi, donde se estableció el seminario mayor. Hoy tenemos tres casas de formación: el escolasticado en Wailoku, el prenoviciado y el noviciado en Wainadoi, así como tres parroquias.

Desde nuestros comienzos en Kiribati hasta hoy, cuando pienso en lo lejos que hemos llegado, admiro la dedicación de nuestros cohermanos que vienen de una cultura diferente. Llegaron de Europa muy jóvenes y han trabajado incansablemente en la misión. Su misión no ha sido fácil, dado el aislamiento de las distintas islas. Ser los únicos europeos entre la población local fue un gran reto. Sin embargo, decidieron servir al Señor hasta el final. Sus tumbas en Kiribati y Teaoreareke dan testimonio de su compromiso. Algunos murieron muy jóvenes, y eso no me sorprende. Llegar a Kiribati y adoptar el modo de vida de la población local debió de ser extremadamente difícil para ellos.

Hoy, nuestro mayor reto es preservar la fe, animar a los fieles a vivir su fe y perpetuar el carisma MSC en todas las misiones MSC del Pacífico en las que estamos activos. Otro reto, menos visible en las islas, es el descenso de las vocaciones. Ya no tenemos tantas como antes. Este declive puede explicarse, en parte, por la influencia de la secularización, que llega de otros países del mundo gracias a la globalización. Esto también está teniendo un impacto en nuestras islas, donde la fe es ahora una de las muchas áreas de interés. Este fenómeno no es sorprendente.

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

El clima. Estamos abordando el acuciante problema del cambio climático, en particular, la subida del nivel del mar. Como Iglesia nos implicamos en este ámbito y acompañamos a las poblaciones afectadas. Creo que la cuestión del clima, el impacto del cambio climático y la subida del nivel del mar en las islas del Pacífico es un problema que nos concierne a todos y cada uno de nosotros. El compromiso de la Iglesia depende de los obispos. Algunos de ellos están realmente comprometidos en la lucha contra este fenómeno. Están tratando de encontrar soluciones, empezando por educar a la población sobre las consecuencias del cambio climático y sobre cómo afrontar estos retos colectivamente. Sé que eso es lo que intentan nuestros colegas de Kiribati, ayudando a la población y a las organizaciones locales a adaptarse a estos cambios y sensibilizándolas al mismo tiempo.

Tengo conocimiento de que el Gobierno del Sr. Anote Tong, de Kiribati, ha adquirido tierras en el norte de las islas Fiyi, concretamente en Vanua Levu. Este proyecto pretende prepararles para el día en que tengan que abandonar Kiribati debido a la subida del nivel del mar. Sé que Nueva Zelanda acoge cada año a personas procedentes de Kiribati, que se ven afectadas por el cambio climático en su país. Las islas septentrionales son las más afectadas, pero los efectos se dejan sentir en toda la región del Pacífico, en forma de erosión y pérdida de tierras. En Fiyi, algunas comunidades lo han perdido todo, incluidos los cementerios donde los antepasados yacen ahora bajo el agua. Es una crisis real. El cambio climático es una cuestión de supervivencia, mucho más que un problema social. Si no trabajamos juntos para hacer frente a este desafío climático, las consecuencias podrían ser catastróficas. Creo que la solución pasa por trabajar juntos y sensibilizar a la opinión pública sobre las repercusiones del cambio climático.

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

A futuro. Mi primer sueño es colaborar estrechamente con todos nuestros colegas para que podamos llegar a ser económicamente independientes, aun sabiendo que nunca podremos serlo del todo. Es esencial romper con la mentalidad de dependencia. Nuestro segundo objetivo dentro de nuestra Provincia es continuar la formación de cohermanos capaces de trabajar en nuestras casas de formación, así como de otros cohermanos capaces de enseñar en el Seminario Mayor de Suva. Otro aspecto crucial es animar a nuestros jóvenes a abrirse a la misión universal y prepararlos en consecuencia. Si permanecemos encerrados en nosotros mismos, no llegaremos muy lejos. Es esencial que contribuyamos también a las misiones de la Congregación, aunque ello signifique dejar el Pacífico para servir en otros países. Debemos estar abiertos a esta posibilidad. Tenemos que formar a nuestros jóvenes para que estén disponibles para la misión. Tenemos que aprender a reconocer que pertenecemos no sólo a la Provincia de las Islas del Pacífico, sino también a la Congregación en su conjunto. Si el P. Chevalier no hubiera tenido esta visión misionera, hoy no existiríamos.

El presupuesto que más repercute en nuestra Provincia es el coste de la formación de nuestros estudiantes y de los viajes dentro y fuera de la Provincia. Para mí es menos caro viajar a Roma que visitar a mis cohermanos del Pacífico Norte, en particular de las Islas Marshall o de los Estados Federados de Micronesia, e incluso de Kiribati. La autonomía financiera es un verdadero problema. Estoy pensando en un proyecto concreto: la construcción de un edificio en un terreno de nuestra propiedad en el centro de Suva. Sería un edificio de varias plantas, que ofrecería pisos de alquiler a los estudiantes que vienen cada año a la universidad y buscan alojamiento, así como a las personas que vienen de fuera de Fiyi a trabajar. Esto representa para nosotros una oportunidad de generar ingresos que contribuyan a nuestra autosuficiencia financiera. Es un proyecto que me interesa mucho. Por supuesto, requeriría una importante financiación inicial.


Kiribati.

Epicentro del daño por el cambio climático

Madre y Maestra. Vito Kelekele. Pacific Islands. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Al hablar sobre el cambio climático y sus impactos destructivos sobre el medio ambiente y las personas, Kiribati está en la región más vulnerable, especialmente por aumento del nivel del mar, ya que el punto más alto no está a más de 3 metros sobre el nivel del mar; la sequía y la escasez de agua dulce debido a la intrusión de agua de mar; y la ruptura de los corales y otros impactos de este cambio climático. En respuesta a la encíclica ‘Laudato Si’ del Papa Francisco, los MSC de Kiribati, se comprometieron a través de la Parroquia de San José e invitaron a los jóvenes a participar en la plantación de miles de manglares. También se unieron las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. Fue un paso simple pero importante para involucrar a los jóvenes católicos en el cuidado del medio ambiente, nuestra Casas Común que dice el Papa, en definitiva, la Creación de Dios.

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