La propia Virgen hace su trabajo (Barcelona)

El P. Willy Méndez, msc, es el rector del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Barcelona. Cuenta cómo llegó desde Guatemala, para ser misionero en España, labor que comparte con una comunidad MSC que tiene a la acogida en su ADN.

Por: P. Willy Méndez, msc

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Cuando comencé como MSC, al poco, salí de Guatemala, de donde soy. Me siento muy misionero, no me cuesta adaptarme, acostumbrarme a los lugares. Regresé a los 10 años y me fui a la misión de Alta Verapaz, en la zona Q’eqchi. Yendo a una de las misiones, en la montaña, tuve un accidente de coche. Me hice daño en un pie y tuve que dejar mi trabajo en aquellas poblaciones retiradas, a las que había que llegar andando a muchas de ellas. No fue muy traumático para mí dejar esa labor misionera que tanto disfrutaba. Estaba muy contento con lo que había hecho ya, en los proyectos sociales en Nicaragua, en la capital de Guatemala, en Alta Verapaz… Me sentía realmente muy contento y sentía que había cerrado un ciclo. Fue el P. Joaquín Herrera, msc, el que me propuso tomar un año sabático para recuperarme físicamente y aprovechar para hacer estudios. Así es como llegué a España para estudiar.

Primera experiencia en España. Estuve en Madrid residiendo dos años como estudiante en la Casa Provincial, aledaña al Santuario, cursando estudios de Espiritualidad y otros de Cooperación Internacional y Desarrollo, de 2011 a 2013. Mi estancia aquí fue una experiencia bonita, me trataron muy bien, la relación fue muy cercana. Coincidí también con el P. Cristian Guzmán, msc, de la Provincia de República Dominicana. Ambos, cuando nos fuimos, lo hicimos con la idea de que si necesitaban de nosotros estábamos dispuestos a volver para ayudar. Por eso, cuando me propusieron venir, acepté con gusto y, también, por agradecimiento por la experiencia tan buena que tuve. Por la mañana estudiaba y por la tarde ayudaba en lo que hiciese falta en el Santuario, que también es parroquia. Tras estos dos años, regresé a la misión de Honduras.

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Inicio de la misión. Llegué a Barcelona en 2015. El P. Wifredo Arribas, msc, en aquel momento Superior Provincial de España, se puso en contacto con el Superior de la Provincia de Centroamérica y México, el P. Abzalón Alvarado, msc, ahora Superior General, para pedirle si alguno de los MSC de allá podían encargarse de la pastoral del colegio MSC Sant Miquel.

La llegada al colegio de Barcelona fue muy bonita, muy interesante, la verdad. Como digo, me adecúo rápido a los lugares. Mi labor consistía en colaborar con el equipo de pastoral, un equipo montado, que funcionaba muy bien y yo, ciertamente, no tenía más que dar apoyo. Al tiempo, se reincorporó otro MSC, el P. Juan Molina, msc, y pasé a ocuparme más de las labores propias del Santuario. En aquel tiempo, el P. Jorge Morales, msc, ejercía como rector y yo ayudaba como vicario. Sigo colaborando con el colegio acompañando como sacerdote, celebrando y acudiendo a reuniones con los padres, para que vean nuestra presencia y estén en contacto con nosotros, los MSC.

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

El aniversario. Estar aquí, supone nuevos retos, una misión muy distinta y quizás, por eso, cumplir los 25 años como sacerdote los viví como una acción de gracias. La gente ha sido muy cariñosa, respondió muy bien. Sentí el cariño, la acogida de las personas del Santuario, porque estos últimos años la vida del Santuario es bastante de familia, prácticamente nos conocemos todos, sabemos cuándo le hace falta cualquier cosa a alguien, se preocupan, prestan atención a la gente y a las mismas personas del Santuario les gusta esta disponibilidad. Se sienten arropadas porque están muy pendientes unas de otras. En la celebración de los 25 años como sacerdote, yo también pude sentir ese cariño de la gente. También hubo algo de tristeza, puesto que en estas dos décadas y media también hay muchas personas que han marcado mi vida. Acompañarlas, ir a verlas cuándo están enfermas o prácticamente en la ‘partida’, hace que algunas de ellas me hayan marcado. Pensé en tantas personas a las que llevé la comunión, a las que acompañé estando enfermas y que muchas veces más que darles yo aliento, eran ellas las que me transmitían esa fe y ese cariño a la Virgen y ese agradecimiento a Dios. Y lo bonito es que también ese acercamiento ha ayudado a que los hijos vengan. Es bonito porque ha acercado a la familia. Acompañarles en el hospital, en el tanatorio… marca también la vida de los familiares que continúan acercándose al Santuario y eso es lo bonito. Mucha gente mayor tiene ese recuerdo bonito de la Virgen, del colegio y se lo van pasando a los hijos y los nietos. Es una historia que viene de atrás, no es de ahora. De hecho, el P. Ginés Fernández, msc, es parte de esa historia. De su época de animador de grupos juveniles se le recuerda con mucho cariño. De ellos, han salido varias vocaciones y… hasta tres obispos, los actuales de Sevilla y Tarrasa en España y otro más en Cuba, que siguen viniendo a visitarle.

Un lugar abierto. La misma Virgen, atrae a cantidad de personas que le tienen devoción. Una de las características del Santuario es que está abierto casi todo el día. Mucha gente viene del cercano Hospital Clínico (Clinic), porque le han dado una mala noticia o porque algún familiar está allí, salen a airearse y se encuentran con el Santuario y entran. Es un espacio abierto para que vengan a rezar. Muchas personas entran en el Santuario, que no conocían antes, y se ponen a rezar. Todo el día pasa gente, entran, saludan a la Virgen, saludan a Jesús y se van. Otras se quedan sentadas. Otras lloran. Y por el hecho de estar mucho tiempo abierto lo tienen como un espacio de oración, un espacio donde tienen un momento especial para ellos.
El Santuario siempre ha tenido mucha acogida y se ha acercado mucho la gente. Sí, la gente aquí viene mucho. Siempre ha sido un lugar de referencia para mucha gente. Gracias a Dios.

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Madre y Maestra. Santuario de Barcelona. Willy Méndez. Hermandad Misionera de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. MSC

Ser MSC. El ambiente de familiaridad que tiene el Santuario es en gran parte por nuestro carisma, de los cuatro MSC que formamos la comunidad, el P. Jorge, el P. Isaac, el P. Ginés y yo. El hecho de acoger, de salir a saludar, de pararse a hablar, de que haya un cura cuando necesitan confesarse. Eso lo hace muy bien el P. Isaac, muy cercano y siempre dispuesto a escuchar. Como el P. Jorge, que está en la oficina de la Hermandad Misionera, allí se acercan y si quieren confesarse, ahí está también. Como Santuario, esto es parte de nuestra labor. Tratamos de que en las eucaristías siempre haya alguno confesando, eso ayuda a la cercanía, hace que nos vean muy disponibles. La gente lo ve, lo agradece y junto a la cercanía van conformando esa familiaridad. Y también entre las personas que vienen con cierta asiduidad. Se van conociendo, van haciendo piña y entre ellas mismas se preguntan si alguien no viene si está enferma, el por qué…

Somos Iglesia. Aun no siendo parroquia, formamos parte de la línea pastoral de la diócesis. Pertenecemos a una agrupación parroquial. Somos 5 parroquias, estamos caminando con la idea de que todo se haga en conjunto y cada parroquia se pueda encargar de un área: catequesis, jóvenes, liturgia… y tener, además, actividades juntas. Celebramos el Domingo de Ramos, hacemos una procesión conjunta, que empieza en una parroquia y termina en otra. El Viernes Santo lo hicimos igualmente con el Viacrucis, que empezó en una parroquia y terminó aquí en el Santuario. Hicimos los oficios juntos. Con el Arciprestazgo hacemos cursos de formación, charlas, celebraciones durante el año. Antes, cuando un feligrés iba a misa a otra iglesia, decían que “se va a la competencia”. No somos competencia, somos la misma Iglesia y caminamos juntos.

Ella lo hace todo. Ciertamente, la Virgen atrae mucho. Muchos vienen porque lo han vivido de pequeños, eso es bonito y se mantiene. Sin lugar a dudas, el amor a Nuestra Señora del Sagrado Corazón se hace más grande porque la propia Virgen hace su trabajo. Como digo, mucha gente viene a hablar con Ella, a saludarla, incluso de fuera de Barcelona. Hago hincapié en que el hecho de que esté abierta como lugar de oración, de encuentro con la Virgen y el Señor, procuramos que se mantenga. Es nuestra responsabilidad como Santuario y parte de nuestro carisma de acogida. Nuestra Señora del Sagrado Corazón te espera en Barcelona.

 


Diáconos permanentes. El papel del laicado

Hay varias parroquias que tienen diáconos permanentes y otros que se están formando. Son hombres casados que tienen familia. Varios de ellos han salido de las aulas de nuestro colegio. Ahora mismo hay cuatro que ya son diáconos permanentes y otros tres que se están formando. Uno está encargado de la pastoral del mar y otro está a tiempo completo en una de las parroquias. A veces, cuando no hay sacerdote para celebrar misa, hacen una celebración de la palabra. Además, hay un grupo de personas muy activas que colaboran en las parroquias. Esta es una nueva forma de ser Iglesia.

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