La lógica del ‘deber de Amor’
“Lo que os digan ponedlo por obra, pero no los imitéis; pues dicen y no hacen”. (Mt 23,3)
Javier Trapero @trapiscolaviski
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Esta vez, je, je… la mitad del editorial me lo ‘ha escrito’ Mons. Argüello, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal. Me encontré, por casualidad, este comentario suyo en un vídeo en la red social de Instagram: «Yo sé que el problema de la vivienda es un problema complejo. Sé también que hay muchas personas que han hecho a lo largo de su vida una inversión en vivienda, que es algo legítimo. Pero yo el llamamiento que quiero hacer, especialmente a aquellos cristianos que tienen una vivienda y que la ponen en el mercado, que se planteen si los precios de mercado han de ser los precios a los que se alquila la vivienda. Pero quizás el precio de la renta no tenga que venir marcado por las realidades especulativas de este momento, sino podernos plantear otra manera otra forma de hacer. Es que, si no, yo tengo la impresión de que nunca acabamos de asumir nuestra responsabilidad ciudadana. En este caso, nuestra responsabilidad ciudadana y cristiana. Siempre echamos balones fuera diciendo que son otros los que tienen que solucionar los problemas. Lógicamente nosotros defendemos los derechos, pero los ciudadanos también tenemos deberes. Y en el caso concreto de los ciudadanos que participamos en la Eucaristía del domingo, tenemos un deber de amor. Y es a lo que yo apelo».
Al escucharlo, podemos caer en la tentación de comenzar una conversación sobre el problema de la vivienda, que no nos iba a llevar a ninguna parte, y alejarnos del verdadero fondo del discurso que propone Mons. Argüello.
¿Es la lógica del mercado, la lógica de la sociedad, la lógica de la política, la lógica de las leyes lo que nos debe mover a los cristianos o debemos regirnos por la lógica de Jesús, la lógica de sus enseñanzas, la lógica del… Amor?
No quiero hacer un discurso tipo ‘moralina’. Soy el primero en reconocer que, a veces, sigo caminos influido por ‘las lógicas’ que, al tiempo, me hacen pensar si es el que debería haber escogido o determinadas decisiones que he tomado, pensando en que es la manera lógica de actuar, y que luego me hacen reflexionar.
Hace años, hice el Taller de Oración y Vida del Padre Larrañaga, espectacular, te lo recomiendo. En él, la persona que lo impratía nos proponía un modo de pensar que me rompió todos los esquemas. Decía, que cuando vaya a hacer algo, sobre todo cuando dudas cómo hacerlo, pienses: ‘¿Cómo lo haría Jesús?’. Yo pensé que quedaba muy elevada esta lógica. Acto seguido propuso: ‘¿Cómo lo haría el Amor?’.
¡Boom! Ahí mi cabeza explotó. Esa perspectiva lo cambia todo. Esa lógica lo cambia todo. Es la lógica de las lógicas. Ni la especulativa, ni la políticamente correcta, ni la lógica moderna… Muy difícil de pensar siempre en ella, pero es la lógica de Jesús. Es la lógica del ‘deber de Amor’.
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